VENUS Y STICKMAN REGRESAN DEL PINCHE OLVIDO.
¿EXTRAÑABAN LOS MONÓLOGOS CLÁSICOS? ¡PUES AGÁRRENSE, CABRONES! PORQUE AQUÍ VIENE UNO CON TODO LA VIBRA DE LOS PRIMEROS QUE ARMÉ.
FEATURING:
VENUS: La ratona cabrona y desvergonzada de siempre.
STICKMAN: El wey amargado que se cree el pinche dueño de la casa... aunque todos sabemos que es de Venus.
DALILAH: La dálmata con la lengua mágica, porque... ya saben por qué.
VOLÓN PIMPÓN: El beisbolista que se cree la mera verga.
ESCENA:
Sala de Venus. El mismo sofá de siempre. Venus está frente al espejo, tratando de alistarse, mientras Stickman está sentado como un trapo de cocina feo y mugriento, viendo perdidamente hacia la pared.
Venus:
(Ajustándose un escote tan apretado que podría usarlo para cortar queso) No sé cómo puedes estar tan relajado, Stick. Van a venir Dalilah y Volón Pimpón, ¿Sabes lo que eso significa? ¡Tengo que verme como un manjar! ¡Dalilah no se va a excitar sola!
Stickman:
(Sin voltear, con la mirada perdida en la pinche pared) ¿Dalilah? Bien. Puedo tolerar que la casa huela a Purina Dog Chow y a feromonas de perra cachonda. Pero… ¿qué chingados dijiste después? ¿Volón Pimpón? ¿Ese cabrón también va a venir?
Venus:
(Girándose, con las manos en las caderas) ¡Claro que sí, Stick! También lo invité. Además, es un amor. ¿Por qué te encabronas tanto, eh?
Stickman:
(Parándose de golpe, visiblemente encabronado) ¡Chingada madre, Venus! ¿¡Por qué!? Porque ese wey es un puto mamón! Cada vez que abre el hocico es nomás para recordarte que juega béisbol, como si le estuviera salvando la vida a la humanidad con cada home run. "¡Ay, mira mis logros, mira mi bat!" Mejor que se calle y juegue canicas como la gente normal.
Venus:
(Levantando una ceja, burlona) Ay, no seas ardido, Stick. No es su culpa que tú no sepas hacer otra cosa más que tirarte en ese pinche sofá a quejarte de la vida como si alguien te obligara a vivirla.
Stickman:
(Resoplando) ¿Ardido? ¡No, yo no estoy ardido, cabrona! Pero si va a entrar aquí como si fuera su estadio personal, mandando a todos a la chingada, juro que lo saco a vergazos.
De repente, el timbre suena. Venus ni alcanza a contestar porque Volón Pimpón ya entró como si viviera ahí.
Volón Pimpón:
(Con un tono serio e inexpresivo) Pongan el partido.
Dalilah:
(Detrás de él, dándole un empujón en el hombro) ¡Volón! ¿Qué te pasa? ¡Saluda, mínimo!
Volón Pimpón:
(Recuperando la compostura) Ah, sí. Hola, Venus y Stickman... ¿cómo están? (sin esperar respuesta) ¿Y la tele?
Stickman:
(Sarcástico, con una sonrisita venenosa) Ah, sí, simón... Por favor, señor "MVP", tome asiento en mi sofá, use mi tele y respire mi oxígeno. ¿No quiere que también le haga unas palomitas?
Venus:
(Rodando los ojos, casi rogando) ¡No empieces, Stickman! Por favor.
Volón Pimpón:
(Sonriendo falsamente) Mira, "Stickmamón", no necesito tus palomitas. Me basta con saber que no todos pueden alcanzar mi nivel en el deporte. No te preocupes, entiendo la envidia.
Stickman:
(Con los ojos entrecerrados) Oh, claro... envidia. Sí, a huevo, siempre he soñado con ser un payaso con guantes de Mickey Mouse y un ego inflado. Qué tragedia mi vida, ¿verdad, "Pimpinela"?
Dalilah:
(Interrumpiendo con una risa nerviosa) Bueno, bueno, chicos. Vamos a calmarnos, ¿sí? Esto no es un estadio ni un ring de boxeo.
Venus:
(Levantando las manos) ¡Gracias, Dalilah! Stick, siéntate. Volón, tu también. Todos felices, ¿va?
Volón Pimpón:
(Cruzando los brazos, indignado) Yo ni empecé.
Stickman:
(Señalándolo con un dedo) Y yo ni quería que vinieras.
Dalilah y Venus:
(Gritando al unísono) ¡YA!
El ambiente se calma un poco, pero Stickman y Volón Pimpón siguen lanzándose miradas de odio. Dalilah aprovecha para sentarse al lado de Venus, acariciándole el culo descaradamente, mientras Stickman se resigna a su miserable noche.
Stickman:
(murmurando) Juro que si ese wey empieza a hablar de béisbol, lo saco a chingar a su madre de aquí.
Venus:
(Ignorándolo y enfocándose en Dalilah) Déjalo, mi perrita adorable. Es un amargado de mierda. Ahora, dime… ¿te gusta mi camisa, o debería quitármela de una vez?
Dalilah:
(Sonriendo lujuriosamente) Creo que la respuesta es obvia, ratoncita.
Luego de un rato, Venus y Dalilah se van hacia el cuarto, cerrando la puerta con una risita descarada. En la sala, Stickman y Volón Pimpón se quedan en un silencio incómodo. Volón agarra el control de la tele como si fuera suyo y la prende. Le pone al partido de béisbol, sonriendo satisfecho. Stickman se queda mirándolo, con los ojos entrecerrados, como si estuviera planeando una de sus chingaderas.
Volón Pimpón:
(Acomodándose en el sofá) Bueno, ya que las damas están ocupadas… hora del partido.
Stickman:
(Mirándolo fijamente) ...
Volón Pimpón:
(Sin voltear, sintiendo la mirada) ¿Qué me ves, Stickman? ¿Un autógrafo, o qué?
Stickman:
(Extendiendo los brazos, encabronado) Lo que quiera, pendejo. Eres bien pinche confianzudo, ¿sabías? Esa es mi tele, mi control, y estás sentado en mi sofá. ¿Qué más sigue, eh? ¿Te vas a tragar mi puta comida o irte a cagar a mi baño?
Volón Pimpón:
(Sonriendo con descaro) Relájate, Stickman. No es mi culpa que te duela ver a alguien que sabe lo que es el éxito. Tú sigue ahí, mirándome como siempre: desde abajo.
Stickman no dice nada, pero en un movimiento rápido, le arrebata el pinche control de la mano a Volón Pimpón, cambiando de canal con una satisfacción maliciosa. La pantalla cambia del partido a un noticiero con un presentador lobo hablando de los recientes incendios forestales.
Volón Pimpón:
(Saltando de su asiento, encabronado) ¡No mames, Stickman! ¿Qué chingados te pasa? ¡Es la puta final, wey!
Stickman:
(Con una sonrisa satisfecha, viéndolo como si estuviera viendo a un niño berrinchudo) Te dije que esa era mi pinche tele y mi control, cabrón. Y a ti lo que te hace falta es un buen putazo de realidad. No todo gira alrededor de ti y tu pinche béisbol.(Acomodandosé en el sofá) Relájate a la verga, vamos a ver cuantos muertos van por los incendios.
Volón Pimpón:
(Tratando de arrebatarle el control) ¡A nadie le importan esas mamadas de noticias! ¡Dame eso, pendejo, o te lo quito a putazos!
Stickman:
(Riendo como un maniático) ¡Arre pues, hijo de tu puta madre! A ver si tienes los huevos para hacerlo sin tu puto bat en la mano, pinche "Pimpinela".
Los dos cabrones empiezan a forcejear por el control como si fuera una cartera tirada en la calle, lanzándose insultos mientras la tele cambia de canal constantemente: entre deportes, caricaturas, un infomercial, y finalmente, porno furry (en ese mundo es lo normal).
Volón Pimpón:
(Rojo de la rabia) ¡Dame ese pinche control, puto enano de mierda!
Stickman:
(Con el control en sus manos) ¡Métetelo por el culo, pinche beisbolista fracasado!
En medio del desmadre, el control sale volando a la verga, golpea una lámpara y la tira al suelo, rompiéndola. Venus y Dalilah salen del cuarto, con el cabello despeinado y el rostro sonrojado. Ambas lucen agitadas y, francamente, satisfechas.
Venus:
(Gritando) ¡¿QUÉ CHINGADOS ESTÁ PASANDO AHORA?!
Dalilah:
(Poniéndose las manos en las caderas) ¡Dejen de actuar como niños, por el amor de Dios!
Volón Pimpón:
(Apuntando a Stickman) ¡Él empezó! ¡Me quitó el control y le cambió de canal!
Stickman:
(Apuntando a Volón Pimpón) ¡No, no es cierto! ¡Este cabrón empezó! Cree que puede llegar aquí, agarrar mi control y poner su pinche partido como si esta fuera su casa.
Venus:
(Exasperada) ¡BASTA, LOS DOS! ¿Es en serio? ¡No podemos dejarlos cinco minutos sin que se estén matando!
Dalilah:
(Riendo) Tal vez deberían revolcarse un rato ustedes también, ¿eh? A lo mejor terminan llevándose mejor después.
Stickman y Volón Pimpón:
(Horrorizados, gritando al unísono) ¿CÓMO!?
Venus:
(Suspirando) Ustedes dos son un puto dolor de cabeza. Stick, limpia este desastre. Volón, siéntate y cállate. No quiero escuchar una sola palabra más de ninguno.
Dalilah:
(Tomando la mano de Venus) Vámonos, amor. Dejemos que los machitos resuelvan sus traumas existenciales. Todavía tenemos tiempo para otra ronda.
Stickman:
(Murmurando) Odio mi pinche vida.
Volón Pimpón:
(Sentándose) Yo te odio más a ti, no te preocupes.
¡FIN!